Delirio de grandeza

En un delirio de grandeza muchos le huyen a la pobreza. Metamorfosis del sentido de pluralidad por una aguda histeria a la mediocridad. Cuando el pasado arremete en una repetición ineludible indicativo de una involución. Por suerte existe la poesía Antídoto contra la monotonía. Y aunque en tu casa esté todo al revés sabes que

La otra cara de la moneda

Cuando era joven, seguramente tenía más vitalidad, pero no por eso tenía pasión por vivir… Cuando era pendejo, ni siquiera tenía un propósito para vivir. Y ahora, a mis 86 años, me gustaría llegar hasta los 111 para poder realizar todas las cosas que aún me falta por experimentar. Y eso que fui poeta, filósofo,

Cuando el amor se transforma

CUANDO EL AMOR SE TRANSFORMA Parte III Cris y Verónica Escenario: Cris y Verónica, tomados de la mano, mirándose a los ojos, sentados frente a frente en un bar. C: ¿Cómo te sentís? V: Bien. ¿Vos? C: Yo bien. Pero te siento rara. V: Sí, ¿en qué sentido? C: No sé, en cómo me mirás,

Francisquito y el amor de su vida

FRANCISQUITO Y EL AMOR DE SU VIDA   PRELUDIO Y: ¡Hola amigos! Mi nombre es Yupi. Soy el alma payasa de Ema y estoy aquí para contarles la historia de Francisquito. Verán, Francisquito es la parte romántica de Ema, esa que cree en el amor de pareja y quiere encontrar a su alma gemela. Un

¿Podrías?

¿PODRÍAS? Maite entra a la habitación. Se sienta en una silla. Enciende un cigarrillo y comienza a fumar. Luego le habla a todos los hombres que pasaron por su vida… – A mí lo que realmente me molesta es que los hombres te traten como a un pedazo de carne… – Sí, tengo tetas, ¿y?

Cuando el amor se transforma

CUANDO EL AMOR SE TRANSFORMA Parte II Boris y Amalia Escenario: Cocina de casa de Amalia. Boris llega de visita.   B: Hola querida, ¡Cuánto tiempo! A: Hola Boris, ¡Qué lindo reencontrarte!   Se dan un abrazo prolongado. Ella rehusa el beso en los labios de Boris.   A: ¿Te puedo ofrecer un té? B:

Cuando el amor se transforma

CUANDO EL AMOR SE TRANSFORMA Parte I Daniel y Helena Escenario: Un dormitorio con una cama al medio. Daniel y Helena están acostados sobre la cama, mirándose mutuamente. D: Qué raro, ¿no? H: Sí. D: ¿Qué será lo que nos pasa? H: No lo sé. Sólo sé que algo cambió, ¿no? D: Sí. H: Pero